El proyecto “+Humanos +Dialogantes” nace del convencimiento de que cada persona contiene unas potencialidades que, desarrolladas, le permiten descubrirse más humana y más dialogante.
A lo largo de este curso 2024-2025, el proyecto se ha concretado en cuatro sesiones presenciales en el Centro Mariápolis Loreto (Castell d’Aro, Girona), también bajo el título “+Humanos +Dialogantes”, conducidas por Francesc Brunés, contando con el soporte de la revista LAR.
Articuladas en forma de ponencia, coloquio, trabajo en grupos reducidos, convivencia y charla distendida durante la comida y los descansos, han permitido a sus participantes, en palabras de Francesc:
“… explorar de forma vivencial la idea de que, si descubrimos la profundidad de nuestra condición humana, nos daremos cuenta de que somos seres dialogantes por naturaleza. Al mismo tiempo, esta capacidad intrínseca de diálogo nos permite descubrir cada vez mejor nuestra propia humanidad”.

Cada sesión constituía una unidad en sí misma y juntas formaban un camino al que cada cual se podía incorporar cuando quisiese; así la riqueza de la experiencia crecía:
- «Flores de muchos colores» se celebró en noviembre de 2024, profundizando el tema de la humildad y el reconocimiento de los límites, propios, de los demás y del entorno. El punto de partida del diálogo como camino espiritual.
- Ya en enero de 2025, «Camino del pozo», centrado en la interioridad y el discernimiento ético desde el fondo de la conciencia.
- Y en marzo, «Con las manos abiertas»; en torno al agradecimiento y la confianza como elementos esenciales para el diálogo y el sentido de la vida.
- En mayo, la última sesión: «De persona a persona», basada en el diálogo horizontal entre personas: todas de igual dignidad.

El cierre de este curso transcurrió en un clima maduro, sereno y festivo. Eran evidentes las ganas de dar continuidad a estas sesiones del proyecto con otras dedicadas a profundizar el sentido de la empatía, del hacerse uno, a los matices de la paciencia para no desfallecer en el compromiso de un diálogo a 360º y, especialmente, del amor; última etapa del camino, sin la cual nada tendría sentido.
Los participantes destacaron la riqueza que supone poder dedicar una jornada de vez en cuando a parar el ritmo de la vida diaria, para hacer la experiencia de reflexionar juntos, compartir ideas y vivencias, aprender unos de otros, disponer de espacios para la interioridad y también para el diálogo en profundidad.

Francesc nos cuenta que en la primera sesión, algunas de las personas no se conocían de nada y “a medida que se ha ido avanzando en el camino, también lo ha hecho el nivel de comunión y de alegría por estar juntos. Muy rápidamente han caído las etiquetas de creencias y modos de pensar, que separan, para dar paso al descubrimiento de que en la humanidad que todas y todos compartimos, encontramos las semillas de fraternidad que nos unen en la diversidad”.
En septiembre aparecerá la información para continuar descubriéndose más humanos y más dialogantes durante el curso 2025/2026.